lunes, 25 de agosto de 2014

DE NUESTROS PRÓCERES. 

Hoy: Bernardino Rivadavia.

"Todo ciudadano tiene un derecho sagrado a la protección de su vida, de su honor, de su libertad y de sus propiedades. La posesión de este derecho, centro de la libertad civil y principio de todas las instituciones sociales, es lo que se llama seguridad individual".

Con esta introducción, el Triunvirato de 1811 decretaba, mediante ocho Artículos, los procedimientos para que en la detención de las personas por el motivo que fuere, se garantice su seguridad individual.

Buenos Aires, 23 de Noviembre de 1811. Feliciano Antonio Chiclana - Manuel de Sarratea - Juan José Passo. Secretario, Bernardino Rivadavia



miércoles, 13 de agosto de 2014

DE NUESTROS PRÓCERES.

Hoy: BERNARDO MONTEAGUDO.

"La libertad no es sino una propiedad inalienable e imprescriptible que goza todo hombre para discurrir, hablar y poner  en obra lo que no perjudica a los derechos de otro ni se opone a la justicia que se debe a sí mismo".

"El que quiere restringir las opiniones racionales de otro, el que quiere limitar el ejercicio de las facultades físicas o morales que goza todo ser animado; el que quiere sofocar el derecho que a cada uno le asiste de pedir lo que es conforme a sus intereses, de facilitar el alivio de sus necesidades, de disfrutar los encantos y ventajas que la naturaleza despliega a sus ojos; el que quiere en fin degradar, abatir y aislar a sus semejantes es un tirano".

"Yo soy libre, sí, tengo derecho a serlo, pero también lo son mis semejantes y por un deber convencional ellos representarán mi LIBERTAD, mientras yo respete la suya; de lo contrario falto a mi primera obligación, que es conservar ese derecho pues violando el ajeno consiento en la violación del mio. Aun digo más, yo empiezo a dejar de ser libre si veo con indiferencia que un perverso oprime o se dispone a tiranizar al más infeliz de mis conciudadanos: su opresión reclama mis esfuerzos e insensiblemente abro una brecha a mi LIBERTAD si permito que quede impune la violencia que padece".

"No hay libertad, no hay igualdad, no hay propiedad sino se establece la seguridad que es el compendio de los derechos del hombre; ella resulta del concurso de todos para asegurar los de cada uno. Nadie puede eludir este deber sin hacerse reo de lesa convención social e incurrir por el mismo hecho en la indignación de la ley. Hay un pacto sagrado anterior a toda promulgación, que obliga indispensablemente a cada miembro de la sociedad a velar por la suerte de los demás y ya se ha dicho que el primer objeto de la voluntad general es conservar la inmunidad individual".

"El magistrado como un inmediato ministro y cada ciudadano como uno de los sufragantes de la ley son responsables ante la soberanía del pueblo de la menor usurpación que padezca el último asociado en el inviolable derecho de su seguridad: muy pronto vería el uno expirar su autoridad y el otro lloraría su representación civil profanada, si se acostumbrasen a la agresión de aquel derecho o la confirmasen con su indiferencia".

Citas de "El pensamiento de Monteagudo"; selección y prólogo de Gregorio Weinberg. Editorial Lautaro. Buenos Aires. Año: 1944.